Es la única que logró sobrevivir de los cuatro partos de Carmen de Burgos Seguí “Colombine”. Hija de Arturo Álvarez, tan brillante director de semanarios satíricos como esposo infiel, María de los Dolores nació en el Paseo del Malecón, el 6 de noviembre de 1895 y, si al principio, se crio en el regazo de su tía Catalina -hasta la adolescencia fue su manto protector-, al marchar la madre de Almería al inicio del siglo XX, ya no se despegó de esta en ningún momento. Superprotegida, solía reiterar: “Nunca se ha separado de mi… ahora, ya hecha una mujer me aflige con su porvenir, y que, como no ha querido estudiar ni quiere escribir… se ha dedicado al teatro… Se siente bien en casa, pero sin gloria”, manifestaba Carmen en una entrevista en el diario El Heraldo, reeditada en Confidencias de Artistas (1916). En contra de su voluntad, le facilitó el debut (1916) en La princesa bebé, de Jacinto Benavente, en el teatro de la Comedia; escenario donde dicho año la joven estrenó Mi pobre muñeca, obra propia y dedicada a su madre. María había encauzado su futuro por esos derroteros, aunque no llegó a convertirse en la diva que soñó, a pesar de protagonizar distintos roles dirigida por José Tallaví, Pérez de Vargas o Díaz-Perdiguero.
Siendo testigos su tío Lorenzo, el director de El Heraldo y Ramón Gómez de la Serna, el 8 de diciembre de 1917 se casó en la matritense iglesia de Santa Teresa con Guillermo Mancha, atractivo galán del cine mudo con el que partió en 1920 a residir en Argentina, Santiago de Chile y Méjico. Tras fracasar su proyecto matrimonial y profesional (actuó con las compañías de Caralt y Ernesto Vilches), regresó de América a comienzos de 1929 para vivir con su madre. No sin antes rodar (1921) Los payasos que se van, cuarta película de su filmografía tras el trío anterior en España: El protegido de Satán, Mefisto y Codicia.
Gómez de la Serna, durante dos décadas pareja sentimental de Colombine, nada proclive a la escena teatral, aceptó estrenar en diciembre de 1929 Los medios seres. El autor de las “greguerías” cuenta que María lo sedujo: “Una interrupción de locura llenó los febriles días de los ensayos” (solo recitó La casada infiel). La tórrida aventura de 25 días ocasionó, además, un agravamiento de la cardiopatía que le ocasionó la muerte a Carmen “Colombine”. Ramón se instaló en París y la madre acogió nuevamente a la hija que, enferma y con serios problemas de drogadicción, prosiguió su intermitente carrera por provincias, donde en ocasiones la madre tuvo que ir a rescatarla y gastar fuertes sumas de dinero en atenciones médicas. Tiempo en el que, ya divorciada, también proyectó casarse con Ernesto Zegarra Romano.
En diciembre de 1931 se creó la primera logia femenina de Adopción, con el nombre de “Amor”. Con María (hermana de grado 3º), fueron fundadoras su madre (gran maestra), la tía Katty y cuatro amigas. Ello trajo consigo su encausamiento (sumario 115/44) por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería. El jurado presidido por el general Cánovas la condenó el 16 de mayo de 1945 a la pena de doce años y un día de reclusión y pago de las costas procesales. Declarada en rebeldía e ignorado paradero tras desaparecer de su último domicilio en la calle Sagasta de Madrid, indicando la Policía que “marchó a América por el año 1934”. Una información posterior, no debidamente contrastada, apunta que María Álvarez de Burgos falleció al terminar la guerra, el 6 de octubre de 1939.