CAREAGA, los

(Almería, ss. XV- XXI). Oligarquía almeriense. Marqueses de Torre Alta. Constituye una de las familias de mayor solera en la historia de la ciudad de Almería, ejemplo paradigmático de la vida de la pequeña nobleza instalada en el recién conquistado Reino de Granada, afanada en la formación de un patrimonio económico con el que vivir de sus rentas, la creación de señas de identidad de su casa con la institución de mayorazgos, armas y títulos nobiliarios, y la promoción y control social a través de cargos públicos, sobre todo municipales (regimientos). La endogamia practicada entre la oligarquía reforzó su posición social y económica. Así, los Careaga enlazaron con las más importantes familias almerienses (Ortega, Avís Venegas, Gibaja, Valencia, Iguña, Ballesteros, Marín, etc) y absorbieron cinco mayorazgos (Careaga, La Torre, Pilar de Iguña, Villafañe y Espíndola).

El primer miembro de la familia fue Juan Ochoa de Careaga, rico vizcaíno (natural de Bilbao) que no sabía hablar el castellano y que ayudó con cuatro naves a los Reyes Católicos en la conquista del Reino de Granada, especialmente en las tomas de Mojácar, ciudad de la que fue nombrado alcaide, Almería, Orán y Bona (Argelia). Afincado en la ciudad de Almería, recibió en 1491 diversos bienes de repartimiento correspondiente a la máxima categoría social, la de hijodalgo escudero de las guardas; fue premiado con el título de regidor de Almería. Casado con su prima Juana de Careaga, tuvo dos hijos varones, que dieron lugar a dos líneas sucesorias: el licenciado Pedro Ochoa de Careaga y Sebastián de Careaga. Los dos hermanos se dedicaron a poner los fundamentos de las dos casas de Careaga con la adquisición de dos regimientos perpetuos de Almería y la fundación de sendos mayorazgos con los bienes inmuebles y censos que compraron.

Sebastián Ochoa de Careaga (1501-1570), regidor de Almería, contrajo matrimonio con María Marques de Villalobos (1521-1580), teniendo como hijos a Juan, Martín y Mariana Ortiz de Careaga. En el afán de entroncar con nobleza de toga, casaron en 1561 a Mariana con el doctor Francisco de Villafañe, natural de Valladolid, oidor de la Real Chancillería de Granada, caballero de Santiago y del Consejo de la Cámara de Castilla; pero el precio fue muy alto, pues tuvieron que pagar de dote la cuantiosa suma de 6.000 ducados (2.250.000 maravedíes), para lo que se hipotecaron en 2.000 ducados de censo, aportando el novio 1.000 ducados en arras; fue la dote más alta de todas las conocidas en la Almería del Renacimiento. Sebastián de Careaga y su mujer fundaron un mayorazgo (21-IX-1564) a favor del primogénito, Juan Ochoa de Careaga, pero, por fallecimiento de éste y de Martín, pasó a su hermana Mariana Ortiz de Careaga y al doctor Francisco de Villafañe, por lo que el mayorazgo se conocería como de “Villafañe”. En él sucedió Fernando de Villafañe y Careaga, hijo del matrimonio. Pero, a la postre, fue a parar nuevamente a la casa de Careaga de Almería ya en el siglo XVIII. Juan Ochoa de Careaga, regidor de Almería, ocupó el importante cargo de administrador de las salinas del Reino de Granada, al menos entre 1575 y 1580 (en que falleció), oficio en el que quebró y fue alcanzado en el importante débito de 13.459.414 maravedíes, por lo que se le vendieron a él y sus fiadores diversos bienes.

El licenciado Pedro Ochoa de Careaga, (¿-1522), regidor perpetuo de Almería, casó con Leonor de Rueda (¿-1554), y falleció a consecuencia del terremoto que destruyó la ciudad en 1522. El matrimonio tuvo cuatro hijos varones: Diego Ochoa de Careaga (1515-¿), primogénito en cuya cabeza sus padres instituyeron un mayorazgo, llamado de “Careaga”, en 12-I-1521 (cuyo valor se estimaba en 1561 en 10.000 ducados y una renta anual de 500); Pedro, el bachiller Martín de Careaga y Juan; Juan y Pedro sirvieron como escuderos en el ejército y fallecieron pronto en acto de servicio, el p
rimero en Italia y el segundo en Abla. La temprana muerte del licenciado Pedro hizo pasar apuros a esta rama de los Careaga, pues la viuda, Leonor de Rueda, contrajo segundas nupcias con el férreo capitán Pedro de Samaniego (1511-¿), quien literalmente arrojó a la calle a sus hijastros. Martín tuvo que dejar de estudiar en Salamanca y regresar a Almería, donde fue acogido por su tío Sebastián; incluso se llegaron a “acuchillar” los dos hermanos con su nuevo padrastro.

Hija también del licenciado Pedro fue Francisca de Careaga, que enlazó con la hidalga familia de los Jibaja, pues casó con el licenciado Juan de Jibaja, alcaide y gobernador de la taha de Marchena por el duque de Maqueda. Es conocido el episodio ocurrido en los inicios de la rebelión de los moriscos en las navidades de 1568, pues Jibaja y su familia, junto con los frailes agustinos y los demás cristianos viejos, se refugiaron en una torre junto al convento de Huécija, donde murieron quemados. Salvó la vida Francisca y sus hijas, a quien la Corona le recompensó con una ayuda de 200 ducados y una pensión vitalicia de 50.000 maravedíes anuales.

El bachiller Martín de Careaga (1519-¿), vecino y regidor también de Almería, había mantenido pleito con su hermano Diego por la legítima de sus padres, fallando en 1564 la Real Chancillería de Granada en la cesión de 100.000 mrs. a Martín, aunque reconocía que el mayorazgo era indivisible. Martín de Careaga había estudiado el grado de bachiller en Leyes en la Universidad de Salamanca, era regidor de Almería en 1561, y ejercía como uno de los tres abogados que había en la ciudad. Casó con María Ortega (sobrina de Juan Ortega, primer obispo de Almería), con cuya dote pudo terminar sus estudios de bachiller. El matrimonio tuvo 9 hijos, entre los que destacó el capitán Pedro Ortiz de Careaga, que sirvió en las guerras de Italia y Flandes, casado con Francisca de Vargas, siendo sus hijos el doctor Gutierre Marques de Careaga (1588-1652), clérigo y literato jurisconsulto, que desempeñó importantes cargos en la administración (cuya biografía se individualiza) y Martín Ortiz de Careaga, inquisidor y visitador general del Reino de Granada.

Diego Ochoa de Careaga (1515-¿) casó con María de Morales, con quien tuvo seis hijos, sucediendo en el mayorazgo Pedro Ortiz de Careaga, casado con Juana de Valencia, procedente de una importante familia poseedora del alferazgo mayor de Almería (por privilegio dado en 1566 a su abuelo Garcí Sánchez), quien desempeñó el cargo de administrador de la hacienda real del partido de Almería. Hijo de este matrimonio fue Juan Ortiz de Careaga y Valencia, sucesor en 1601 de la casa de Careaga (con el alferazgo y mayorazgo correspondiente); su matrimonio con Isabel Avís Venegas supuso el hecho trascendente de la unión de las casas de Careaga y de Avís Venegas, con sus respectivos mayorazgos, pues Isabel era heredera desde 1603 de la casa y mayorazgo de La Torre de Mondújar, por fallecimiento de su padre, Alonso Avís Granada Venegas. Hija única de este matrimonio fue Feliciana de Careaga Avís Venegas (¿-1658), quien casó en 1630 con Andrés de Gibaja y Villarroel, regidor perpetuo de Almería. Por disposición del mayorazgo de La Torre se antepuso el apellido Avís Venegas, por lo que el hijo del anterior matrimonio, sucesor en los mayorazgos de La Torre y Careaga, fue Juan Avís Venegas Careaga y Gibaja, quien tomó posesión de los mayorazgos en 1658, por muerte de su madre, y en 1677 hizo protocolizar nuevamente la escritura de fundación del mayorazgo de La Torre, por deterioro del original. Éste trajo a la familia una nueva casa nobiliaria con su mayorazgo (fundado en 1525 por Francisco de Iguña), a través de su mujer María de Iguña, hija del capitán y regidor Martín de Iguña. A ellos sucedió su hijo, José Avís Venegas Careaga y Jibaja, quien tomó posesión de los tres mayorazgos en mayo de 1702
y figura en el padrón de nobles de 1731, enlazando con una nueva familia hidalga, los Ballesteros, a través de su mujer, María Serafina de Ballesteros. Fue sucesor en la casa y mayorazgos, incluido ya el de “Villafañe”, el hijo de éstos, Andrés Avís Venegas de Careaga Gibaja y Ballesteros, casado en 1739 con Luisa Antonia Ballesteros y Bocanegra, de la que, entre otros hijos, tuvo a José, a quien fue otorgado el título de marqués de Torre Alta.

En la persona de José Avís Venegas de Careaga Gibaja y Ballesteros (Almería, 1742-1818) confluyeron cinco mayorazgos: los fundados por Diego Avís, Martín de Iguña, Sebastián de Careaga, el licenciado Pedro Ochoa Ortiz de Careaga y Pedro Mártir de Espíndola. Aunque disminuidos, venían a suponer más de 1.026 tahúllas de fértil regadío y 35 fanegas de secano, repartidas a lo largo del bajo Andarax, 2 casas en Almería, 1 molino de pan, 2 almazaras y 6 censos perpetuos. En 1805, y ante la solicitud del título de marqués de Torre Alta que hizo en 1789, todas las posesiones de José Avís fueron evaluadas en la importante cantidad de 4.575.920 reales y una renta anual de 232.077 reales, resolviendo la Real Chancillería de Granada que era “cantidad suficiente para vivir y portarse con la decencia que requiere el lustre y distinción de la gracia que solicita”. En 1808 se le otorgaba el título de marqués de Torre Alta, cancelándose el vizcondado previo de Careaga concedido en 1806. Estuvo casado con María Teresa Marín y Benavides, de hidalgos linajes almerienses. Del matrimonio nació el II marqués de Torre Alta, Miguel Avís Venegas de Careaga y Marín (Almería, 1781-1858), senador por la provincia de Almería desde l837 y vitalicio desde 1851, se le concedió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica en 1840; casado con María Concepción Cevallos Hierro, V vizcondesa de Los Villares, tuvieron por único hijo a José María de Careaga y Cevallos (Jaén, 1805 - Granada, 1853), quien falleció antes que su padre, por lo que el III marqués de Torre Alta y VII vizconde de los Villares fue el hijo de éste y de Antonia de Heredia Begines de los Ríos (hermana del Conde de Ofalia), Miguel José de Careaga Heredia (Granada, 1826 - Madrid, 1861); de su matrimonio con Dolores Moreno-Bravo Chinchurreta nació Josefa María de Careaga y Moreno-Bravo, IV marquesa de Torre Alta, VIII vizcondesa de los Villares (Granada, 1856 - Malpica del Tajo, Toledo, 1914), a quien se debe el nombre de la calle de la Marquesa con el que se conocía a la actual de Emilio Ferrera, que, procedente de la calle Real, desemboca en plaza de Careaga, donde estaba la casa solariega, cuya fachada con escudo heráldico fue demolida incomprensiblemente hace unos pocos años.

La marquesa enlazó con Pedro Fernández de Córdoba Álvarez-Bohórquez, de la familia del marqués de Malpica, en donde se mantendrá hasta la actualidad: Manuel Pedro Fernández de Córdoba y Careaga (Madrid, 1876 - Almería, 1936), V marqués de Torre Alta y IX vizconde de los Villares; María Josefa Fernández de Córdoba y Fernández de Córdoba Careaga y Owens (Madrid, 1905-¿), VI marquesa de Torre Alta y X vizcondesa de los Villares; Pedro Fernández de Córdoba y Sánchez (¿- Madrid, 1996), VII marqués de Torre Alta, y su hermano José Antonio Fernández de Córdoba y Sánchez, XI vizconde de los Villares; y Pedro Fernández de Córdoba y Cascales, VIII y actual marqués de Torre Alta desde 1997.


Muñoz Buendía Antonio





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