ALMANSA, los

(Alicante-Almería, ss. XVII-XXI). Familia noble (vizcondes del Castillo de Almansa). El primer miembro del que se tiene constancia documentada es el doctor José de Almansa (fallecido en Almería en 1633), oriundo de Alicante, que ejercía de médico del cabildo catedralicio, del Colegio Seminario y del Hospital de Almería. Estaba casado con Rufina Magdalena de León, natural de Valencia. Hijos del matrimonio fueron: Luis, Ignacio, Francisco, Baltasar, José y Margarita de Almansa León. Luis, Ignacio y Francisco desarrollaron una fecunda carrera eclesiástica en Almería, donde ocuparon altos puestos del cabildo de la Catedral: Luis fue arcipreste, arcediano y canónigo; Ignacio, provisor, vicario general del obispado, canónigo doctoral y maestrescuela; y Francisco, canónigo magistral en Sagradas Escrituras. Gozaron del favor de los obispos, que los nombraron gobernadores en su ausencia. Sabedores de las necesidades del obispado (construcción y ampliación de templos, pobreza de sus eclesiásticos,...), protagonizaron una férrea defensa para impedir que salieran de las arcas de la tesorería de las iglesias del obispado 30.000 ducados que por orden real se llevaron para continuar las obras de San Lorenzo de El Escorial.

Margarita de Almansa y León casó con Pedro de Escobosa, hijo del regidor almeriense Manuel de Escobosa, y aportó la dote de 14.000 reales. Enviudada y sin hijos, fundó en la Catedral de Almería una importante capellanía dotada de 1.750 ducados. Por su parte, Baltasar y José de Almansa desempeñaron cargos relacionados con la administración de fondos públicos. José de Almansa (nacido en 1614) contrajo matrimonio en 1649 con Josefa de Mirambel, hija del alférez Gaspar de Mirambel, familiar de la Inquisición, recibiendo de dote 1.000 ducados y 500 de arras; fue receptor y tesorero de tercias y alcabalas de Almería y su partido durante varios años (1650-1664) y colector del subsidio y excusado del obispado de Almería (1658). Entre otros hijos, el matrimonio tuvo a Jerónimo de Almansa y Mirambel, canónigo de la Catedral de Almería en 1700.

Pero fue, sin duda, Baltasar de Almansa y León quien puso los fundamentos económicos y sociales que permitió el desarrollo de una de las más distinguidas familias almerienses, que culminó su promoción con la adquisición del título nobiliario del vizcondado del Castillo de Almansa. Regidor y depositario general de la ciudad de Almería, sargento mayor de las compañías de socorro de la ciudad y alcaide perpetuo del castillo de San Pedro. La alcaidía la consiguió por el reparo del castillo de San Pedro, que había sido destruido por el terremoto de 1658, por merced de Felipe IV (18-XI-1664). Pero estos títulos honoríficos no vinieron solos. Se debían a la posesión de una inmensa fortuna que hizo en el mundo de los negocios y a una hábil política matrimonial. Sobre todo, supo rentabilizar al máximo sus buenas relaciones con la Iglesia. Con tres hermanos canónigos, llevó las riendas de la parte más sustanciosa de la economía eclesiástica a través del cargo de mayordomo y tesorero general de las fábricas de las iglesias de Almería y su obispado, que desempeñó durante las décadas 1640 a 1660. Junto a su salario, empleó una rentable estrategia negociadora, consistente en comprar por adelantado los diezmos a los diversos clérigos mayordomos de las iglesias del obispado, especialmente aceite y cereales. De esta manera recaudaba a bajo precio miles de arrobas de aceite que exportaba por el puerto todos los años hacia mercados nacionales e internacionales (Alicante, Valencia, Barcelona, Mallorca, Ámsterdam). Compartió negocios financieros con mayordomos del Ayuntamiento almeriense y comerciantes particulares, fue prestamista y desempeñó otros cargos fiscales, como administrador de los derechos de sosa y barrilla o de la lana que salía por el puerto.

Contrajo matrimonio en dos ocasiones. En 1646 casó con Ana María Valdés, que aportó una dote de 25.050 reales,
obteniendo durante el matrimonio más de 2.000 ducados. Nacieron dos hijos: Juan Luis de Almansa y Valdés, que había sido capitán y gobernador de Vera y su partido, y alférez de caballería de la guardia ordinaria de Almería, quien recibió 4.000 ducados de dote, el mayorazgo de su madre Ana y una cabaña de ganado cabrío valorada en 14.782 reales (821 cabras); y Bernarda María Margarita de Almansa y Valdés, monja profesa del convento de la Concepción de Almería, a quien dotó con 1.200 ducados y el usufructo de una hacienda en Pechina, renunciando los derechos sucesorios en su padre en 1664.

En 1655 casó en segundas nupcias con Jerónima de Solís, uno de los apellidos de ilustre raigambre almeriense (hija del licenciado Francisco de Solís y de Catalina de Padilla), quien aportó de dote, junto con las arras, 40.400 reales, más 15.691 que heredó de sus padres. De este matrimonio nacieron Baltasar, Margarita, Clara y Rufina de Almansa y Solís. Uno de los hechos más trascendentales de este matrimonio fue la fundación del mayorazgo, instituido junto al testamento que por poder de su mujer otorgó Baltasar de Almansa el 22-IX-1674, poco después del fallecimiento de Jerónima. El mayorazgo se hizo a favor del primogénito del matrimonio, Baltasar de Almansa y Solís, dotándolo con bienes valorados en 30.000 ducados, cifra astronómica para la época y el entorno almeriense. El mayorazgo constaba de la alcaidía perpetua del castillo de San Pedro (3.000 ducados), el título de regidor y depositario general de Almería (800 ducados), la casa principal en la plaza de la Catedral (3.000 ducados), la finca del Barranco de San Miguel, en Benahadux, con tres casas para los labradores y una ermita nueva, con 117,5 tahúllas arboladas de regadío y buenos secanos (11.500 ducados), 85 tahúllas de regadío arbolado en Huércal, con dos casas nuevas, y una finca de tierra blanca de 190 tahúllas con cortijo y noria en el campo de Almería (6.000 ducados).

Dotada con 6.294 ducados, Margarita de Almansa y Solís casó en 1665 con Martín de Iguña. De este matrimonio nació Martín Antonio de Iguña, capitán, gobernador y comandante de caballos corazas del tronco de Extremadura, caballero de Santiago, hidalgo, regidor y primer gobernador de Almería en 1711.

Clara casó en 1675 con Damián de Bolaños, vecino de Guadix, llevando de dote 12.690 ducados, valor en que se estimaba la vacada que poseía su padre Baltasar. Pero el ganado fue tasado en 6.600 ducados (unas 206 vacas) y el resto que faltó lo completó con otros bienes. Damián entregó en arras 2.000 ducados.

Días después de su muerte, Baltasar de Almansa y León testó por poder de Pedro Antonio Perceval, beneficiado de la iglesia de Santiago (29-IX-1676). Le cupo la gloria de haber puesto los sólidos cimientos de la noble familia Almansa, dotándola de un inmenso patrimonio económico, probablemente el mayor de la Almería coetánea (sólo en dotes de sus hijos casados y el mayorazgo había dejado 54.494 ducados, es decir, 20.562.750 de maravedíes) y de un variado y reconocido patrimonio honorífico (regidor, depositario general, sargento mayor, alcaide, mayorazgo).

La larga línea sucesoria en el mayorazgo, que llega a la actualidad, se inició con su hijo Baltasar de Almansa y Solís (nacido en 1662), que habiendo enviudado entró en el clero, alcanzando la dignidad de maestrescuela de la Catedral de Almería y comisario titular de la Inquisición. De su mujer Josefa Saavedra Páez Jaramillo nació, entre otros, José de Almansa, censado como noble en el padrón de 1731 y casado con Rosa Uriarte y Franco. A un hijo de éstos, Miguel de Almansa y Uriarte Franco Páez-Jaramillo y Solís, le fue concedido el título de vizconde del Castillo de Almansa por Carlos III (24-VII-1773), en atención a la cesión a la Corona de la alcaidía perpetua del castillo de San Pedro; estaba empadronado como noble en 1783 y falleció en 1796. Sucedieron en el título del vizcon
dado del Castillo de Almansa: Rafael de Almansa (II), que contrajo matrimonio con María Careaga Granada Venegas, hermana del I marqués de Torrealta; Micaela de Almansa Careaga Venegas (III); Miguel de Almansa y Almansa (IV); Miguel de Almansa Pérez de Herrasti (V), que al contraer matrimonio con María Concepción Cañavate y Gámiz añadió a la familia el título de marqués de Cadimo; Fernando de Almansa Cañavate (VI), quien introdujo en la familia el título de barón de Toga al matrimoniar con María del Carmen Arroyo y Molina; José María de Almansa y Cuevas (VII); y Fernando de Almansa y Valverde (VIII). Actualmente, Fernando de Almansa y Moreno de Barreda posee el título de IX vizconde del Castillo de Almansa, diplomático y jefe de la Casa del Rey Juan Carlos durante casi diez años (1993-2002).

En el panteón de la ermita de la finca de San Miguel se encuentran enterrados todos los vizcondes e hijos que fallecieron jóvenes o sin contraer nupcias; falta únicamente el IX vizconde, don Fernando de Almansa y Valverde, que se encuentra enterrado en Granada. Actualmente, sólo permanece en Almería de este linaje Almansa la familia de médicos encabezada por Rafael Morcillo de Almansa (propietario de la finca San Miguel) y sus hijos: Rafael, Eduardo y María de las Mercedes Morcillo Zea, así como su sobrino Rafael Vasco Morcillo, nieto y bisnietos, respectivamente, de Fernando de Almansa y Arroyo, VII vizconde. Aunque con residencia en Granada, ejerce de notario en El Ejido el actual marqués de Cadimo, Miguel de Almansa y Moreno-Barreda, hermano del vizconde José Fernando. Importantes monumentos de la familia que se han conservado son el majestuoso Palacio de los Vizcondes de Almansa (calle Campomanes, de Almería), actual sede del Archivo Histórico Provincial de Almería, construido entre 1773 y 1780, y la casa solariega de la finca de San Miguel, en Benahadux.

 

Dibujo de José Luis Ruz Márquez, procedentes de sus libro Los escudos de Almería (1986)



Muñoz Buendía Antonio





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